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Antes de lanzarte comprar unas ruedas para Gravel, te recomendamos que pares un momento a pensar en qué tipo de ciclismo es el que más disfrutas y en función de ello decantarte por una opción u otra, pues en el último término el ciclismo offroad se caracteriza por su componente de exploración, aventura, versatilidad y diversión.
Aunque hay una serie de parámetros, que te comentaremos a continuación, que nos parecen (casi) obligatorios; hay dos grandes grupos de ruedas en función de la talla: las de 650b y 700. Si te has adentrado en el mundo del Gravel y procedes del ciclismo de asfalto, no te lo pienses dos veces, las ruedas de 700 están hechas para ti. Son mucho más rodadoras, rápidas y polivalentes. Adicionalmente, las sensaciones con ellas serán prácticamente idénticas a las que acostumbras con tu bicicleta de asfalto; podrás explotar la velocidad alejado de coches y señales de tráfico. En cualquier caso, las llantas de 700 son ampliamente mayoritarias en las bicicletas de Gravel y Ciclocross, en buena medida por la enorme similitud con las bicis de carretera, llegando al punto de ciclistas que no conciben esta disciplina si no es con ruedas de este tallaje.
Si por otro lado has estado subido en una BTT la mayor parte del tiempo de tu vida ciclista, las llantas de 650b (aunque minoritarias) pueden ser una alternativa interesante. Podrás incorporar cubiertas con balones más anchos conformando ruedas en la práctica idénticas a las MTB de 27.5.
En cuanto al perfil de la rueda, lo más extendido son perfiles bajos que ronden los 25 mm. ¿El por qué? Son mucho más manejables que las de perfil medio y alto. Según los fuera de pista que transitemos, una maniobrabilidad precisa y cómoda resultará imprescindible pues casi al 100% de probabilidad nos encontraremos multitud de obstáculos a lo largo de nuestra ruta… y recuerda que el rendimiento y la aerodinámica (en principio) no son tan prioritarios como en una de carretera.
Y ahora entramos en los aspectos que, en nuestra humilde opinión, son obligatorios. El debate disco sí, disco no (cada vez más estéril) en el caso del Gravel, no deja lugar a discusión: el disco es imprescindible. Si a una constante necesidad de frenadas potentes y progresivas, le sumamos humedad, polvo y barro el cóctel está completo. No hay un sistema que funcione mejor en ese entorno. El otro aspecto es la compatibilidad o no de la llanta con el tubelizado. Teniendo en cuenta que muchas veces nos acercaremos peligrosamente (o no) al Mountain Bike, y que el sistema tubeless cada vez está más extendido, sin importar la disciplina; la respuesta es clara: llenando la rueda de líquido evitaremos pinchar en innumerables ocasiones, así que un sí rotundo. De hecho, lo más seguro es que tras unos meses de rodaje, el líquido sellante haya taponado más de un pinchazo sin que te hayas dado ni cuenta, echa un vistazo a la cubierta y verás.
